Y por haber oído estos decretos, y haberlos guardado y puestos por obra,
Jehová tu Dios guardará contigo el pacto y la misericordia que juró a tus
padres. Deuteronomio 7:12.
Por alguna
razón, a muchos padres les desagrada el dar
instrucción religiosa a sus hijos; y los dejan
obtener de la Escuela Sabática el
conocimiento que es su privilegio y deber impartir.
Estos padres no
cumplen con la responsabilidad que se les ha impuesto: el dar
a sus hijos una educación completa.
Dios ordena hoy a su pueblo que
críe a sus hijos en el nutrimento y
la admonición del Señor...
Padres, sean sencillas las instrucciones
que
dan a sus hijos, y asegúrense de que las
comprenden claramente.
Las
lecciones que aprenden de la Palabra de Dios deben presentarlas a
su mente juvenil con tal
claridad, que no puedan dejar de comprenderlas.
Por medio de
sencillas lecciones sacadas de la
Palabra de Dios y de su propia experiencia, pueden enseñarles a conformar su vida a la
norma más alta.
Aun en la
infancia y la adolescencia pueden aprender a vivir vidas llenas de reflexión
y fervor, vidas
que den una rica mies de bien.
Dios debe ser
honrado en todo hogar cristiano con los sacrificios matutinos y vespertinos de
oración y alabanza. Debe enseñarse a los
niños a respetar y a
reverenciar la hora de oración.
Es deber de
los padres cristianos levantar mañana
y noche, por medio de oración ferviente y fe perseverante, un cerco en
derredor de sus hijos.
En la iglesia del hogar los niños han de
aprender a orar y a confiar en Dios. Enséñenles a
repetir la ley de Dios.
Así se instruyó a los israelitas acerca de los mandamientos: “Y
las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”. Deuteronomio 6:7.
Vengan
con humildad, con un corazón lleno de ternura, con una comprensión de las tentaciones y los peligros que hay
delante de ustedes mismos y de sus hijos; por la fe vincúlenlos al altar,
suplicando el cuidado del Señor por ellos. Eduquen a los niños a ofrecer sus sencillas palabras de oración. Díganles que Dios se deleita en que lo invoquen.
¿Pasará por alto el Señor del cielo tales hogares, sin dejar una
bendición en ellos? No, por cierto.
Los Ángeles
Ministradores guardarán a los niños así dedicados a Dios. Ellos Oyen las
alabanzas ofrecidas y la oración de fe, y llevan las peticiones a Aquel que
ministra en el Santuario en favor de su pueblo y ofrece sus méritos en su
favor.
Consejos para los Maestros Padres
y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 104-106 (edición de 1991). [316]
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