MIENTRAS me encontraba en Oswego, Nueva York, en junio de 1855, se me mostró que el pueblo de Dios había sido sobrecargado con obstáculos; que ha habido Acanes en el campamento. La obra de Dios ha progresado poco, y muchos de sus siervos se han desanimado porque la verdad no ha producido mayor efecto en Nueva York, y no ha habido un número mayor de personas añadidas a la iglesia. Ha surgido el grupo del Mensajero, y sufriremos a causa de sus lenguas mentirosas y sus tergiversaciones; sin embargo debemos soportarlo todo con paciencia; porque no perjudicarán la causa de Dios, ahora que nos han dejado, tanto como la hubieran perjudicado si su influencia hubiera permanecido entre nosotros. El desagrado de Dios ha afectado a la iglesia debido a que en ella hay personas de corazón corrompido. Han deseado ser los primeros, cuando ni Dios ni los hermanos los han colocado allí. El egoísmo y la exaltación de sí mismos han marcado su comportamiento. Ahora hay un lugar al que tales personas pueden ir y encontrar apacentadero con los de su misma clase.
Nosotros debemos alabar a Dios porque en su misericordia ha librado de ellos a la (118) iglesia. Dios ha abandonado a muchas de estas personas a sus propios caminos para que sean llenas de sus propias acciones. Ahora manifiestan entusiasmo y simpatía, lo cual engañará a algunos; pero todos los que son sinceros serán iluminados con respecto a la verdadera condición de este grupo, y permanecerán con el pueblo peculiar de Dios. Se aferrarán a la verdad y andarán por el camino de la humanidad sin dejarse afectar por la influencia de los que han sido abandonados por Dios a sí mismos para ser llenos con sus propias acciones. Vi que Dios había dado a estas personas la oportunidad de reformarse, él las había iluminado con respecto a su amor por el yo y sus demás pecados; pero no quisieron obedecer.
No quisieron reformarse, por lo que Dios los quitó de la iglesia. La verdad producirá efecto en los siervos de Dios y de la iglesia, y hará que se dediquen a Dios y a su causa.
Vi que el pueblo de Dios debe levantarse y ceñirse la armadura. Cristo viene y la gran obra del último mensaje de misericordia es demasiado importante como para que la abandonemos para dedicarnos a contestar las falsedades, tergiversaciones y calumnias que el grupo del Messenger [Mensajero] ha levantado y esparcido por todas partes. La verdad, la verdad presente, debe ser el tema de nuestra meditación. Estamos llevando a cabo una gran obra y no podemos abandonarla. Satanás está metido en todo esto, a fin de apartar nuestras mentes de la verdad presente y de la venida de Cristo. El ángel dijo: "Jesús está enterado de todo". Dentro de poco tiempo tendrán que rendir cuenta. Todos serán juzgados de acuerdo con las obras efectuadas. La lengua mentirosa será detenida. Los pecadores en Sión se atemorizarán y el temor invadirá a los hipócritas.
APÉNDICE
Páginas 113-114, 117-118, "Opositores de la Verdad" y "El Grupo del Mensajero": En el verano de 1854 aparecieron entre los adventistas guardadores del sábado los primeros disidentes, es decir, la primera apostasía. Dos hombres que habían estado predicando el mensaje fueron reprendidos por el espíritu de profecía debido a su espíritu áspero y censurador, por su avaricia y por su extravagancia en el uso de los medios que se ponían en sus manos. En vez de arrepentirse, se llenaron de amargura y se unieron con algunos otros individuos para recriminar injustamente al pastor White, a su esposa y a otros dirigentes, lanzando contra ellos acusaciones falsas. Si bien seguían proclamando la verdad del sábado, comenzaron a publicar una hoja calumniosa que llamaron The Messenger of Truth [El Mensajero de la Verdad]. (618) A este grupo se unieron los pastores Stephenson y Hall de Wisconsin. Habían sido predicadores adventistas del primer día y profesaban haber aceptado las verdades del mensaje del tercer ángel, pero seguían creyendo ciertas doctrinas relativas a una Edad Futura. Según esta teoría, durante el milenio habría una "segunda oportunidad" de salvación. Consintieron, sin embargo, en predicar el mensaje sin propagar esta teoría, si la Review se abstenía de publicar artículos que la contradijeran. Sin embargo, como se indica en el texto, no cumplieron su promesa y pronto se hallaron oponiéndose a la Review y a quienes la apoyaban. Pronto el camino de estos "opositores de la verdad" llegó a su fin. Tanto Stephenson como Hall perdieron la razón. El periódico Messenger of Truth dejó de publicarse en 1857, y a principios de 1858 el pastor White informó tocante al grupo disidente: "Ni uno de los 18 mensajeros quienes una vez ellos se jactaban de tener consigo está hoy dando testimonio público, y hasta donde sepamos, no hay un solo lugar donde ellos celebren reuniones regulares". Review and Herald, 14 de Enero de 1858.
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